Ser hombre o mujer puede ser un factor condicionante a la hora de dejar de fumar. Así lo confirma un estudio realizado por profesionales del Hospital Virgen del Rocío de Madrid. Los investigadores concluyen que la mujer está más dispuesta que el hombre a iniciar un programa de deshabituación tabáquica.
Neumólogos de la Unidad Médico Quirúrgica de Enfermedades Respiratorias del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha revelado que, a pesar de haber aumentado de manera considerable el volumen de mujeres que fuman en los últimos años y cada vez más jóvenes, son ellas las más proclives a iniciar un programa de deshabituación tabáquica es, principalmente, el de una mujer.
Según ha explicado en una nota la Asociación de Neumología y Cirugía Torácica del Sur (Neumosur), este estudio publicado en la Revista Española de Patología Torácica intenta determinar los factores predictores del inicio de un programa de deshabituación tabáquica. El segundo factor encontrado también asociado a la decisión de dejar de fumar es el de poseer estudios superiores y le siguen en importancia padecer asma, insomnio o tener algún problema psiquiátrico.
En dicho estudio participaron 1.681 sujetos que pasaron por la Unidad de Deshabituación Tabáquica del HU Virgen del Rocío durante cinco años (2000-2005). Estas personas fueron a evaluadas individualmente recabándose antecedentes personales (médicos y psicológicos) y datos relacionados con el consumo de tabaco.
El tratamiento estadístico de los datos requirió un análisis multivariante para identificar esas variables asociadas con la decisión de iniciar un programa de deshabituación tabáquica. Según uno de los responsables de la investigación, el doctor Francisco Álvarez, de Neumosur, el objetivo era "mostrar los factores asociados a la decisión de iniciar un programa de deshabituación para concentrar esfuerzos en aquellos sujetos que más se beneficiarían de una actuación antitabaco".
Se estima que, por cada millón de habitantes, existen un rango de individuos, entre 17.200 y 41.800, que se encuentran en fase de preparación para dejar de fumar; un 30 por ciento, es decir, entre 5.160 y 12.380 por cada millón de habitantes, mostrarían una alta dependencia al tabaco y serían las que precisarían un tratamiento especializado.
Esta investigación, a pesar de tener un corte médico, pone el acento una vez más en la necesidad de concienciar al fumador de que su actitud hacia el tabaco y los aspectos psicológicos implícitos en su adicción son tan relevantes como la misma dependencia fisiológica a la sustancia.
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