Antonio R. Díaz pretende viajar junto con otros 3 exiliados cubanos a Bruselas antes del debate sobre a Posición Común de la Unión Europea (UE) respecto a Cuba.
"Nuestra presencia en Bruselas no está garantizada puesto que existen regulaciones de tipo legal que establecen que si no tenemos todavía concedido el asilo político no podemos viajar", explicó Antonio R. Díaz, miembro del Movimiento Cristiano de Liberación desde su nuevo hogar en Alzira.
El opositor comentó que se están realizando gestiones por parte de diputados para que finalmente el grupo se pueda trasladar a Bélgica el próximo lunes 13 de septiembre.
El impedimento legal se debe a que los cuatro expresos (además de Díaz, Normando Hernández, Ricardo González y Omar Rodríguez) están todavía en proceso de otorgamiento del asilo político.
El asilo ha sido solicitado pero, por el momento, las autoridades españolas no lo han concedido, por lo cual varios expresos han presentado una queja al Defensor del Pueblo español por considerar esta negativa inconstitucional.
"Dado que esta es nuestra situación actual, la ley española establece que sólo podrán salir del país las personas que obtengan un permiso especial del gobierno", señala Díaz, quien confía en que las gestiones de los diputados del PP prosperen y, finalmente, el gobierno de Zapatero permita su salida del país.
La gestión parece un tanto dificultosa ya que los expresos viajarían al exterior precisamente a convencer a los europarlamentarios de mantener una Posición Común que el gobierno que les debe autorizar la salida del país quiere eliminar.
De todas formas, Díaz opina que esta diferencia de opiniones no debe interferir en la demanda del permiso de salida. "Consideramos que vivimos en una sociedad democrática, hemos salido de la prisión a un país libre y pensamos que la condición democrática del gobierno español facilitará la posibilidad de que vayamos a Bruselas", añade el expreso.
El viaje, para el cual todavía no se ha cerrado un programa de reuniones, trataría de acercar el testimonio de los ex presos políticos a los ministros de Exteriores de la UE, así como a los europarlamentarios, "y a cualquier persona que quiera conocer cómo pensamos respecto a la Posición Común".
El diputado popular Teófilo de Luis definió este viaje como una iniciativa del "máximo interés político". La visita complementaría las entrevistas que varios expresos ya han tenido en Madrid con embajadores de varios países europeos en las últimas semanas.
Sea como sea, los expresos ya tiene claro cual es el mensaje que quieren trasladar a los parlamentarios europeos si finalmente pueden viajar a Bélgica. "Vamos a Bruselas a transmitir a la UE qué es lo que sucedería si se decide en este momento cambiar la Posición Común, es decir, flexibilizar su exigencia en cuanto al respeto a los derechos humanos en Cuba".
En opinión de Díaz, "no se trata de decir Posición Común sí o no, sino de decir si se van a defender los derechos humanos en Cuba o no; si se va a ser solidario con el pueblo de Cuba o no, ésta es la disyuntiva que tiene que analizar la UE".
Para el opositor, que fue condenado en Cuba a 20 años de prisión en el marco de la Primavera Negra en 2003, si la "UE no reclama el respeto a los derechos humanos en Cuba, estará tomando una posición distinta a la mantenida hasta hoy; si, en cambio, decide mantener esta posición entonces será coherente con su cultura y su demanda de libertad".
Porque, añade el expreso, "como dice Oswaldo Payá, quien defiende la Posición Común defiende la libertad de los cubanos, de manera que nadie nos pida que nos pronunciemos en contra de dicha posición".
Para Díaz, las autoridades cubanas necesitan eliminar esta postura de la UE frente a la Isla porque "están buscando a toda costa mejorar su imagen pública". Y añade: "Después de 50 años de totalitarismo, su prestigio político está muy debilitado, dado que es un sistema que niega las libertades fundamentales y no respeta los derechos del pueblo".
En opinión del expreso, el gobierno cubano busca la eliminación de la Posición Común con el objetivo de "fisurar la posición sólida y unida de Europa en cuanto a su demanda de respeto de los derechos fundamentales en Cuba" y, finalmente, para "transmitir un mensaje equivocado al pueblo de Cuba de que el mundo tolera sus injusticias y de que es capaz de mezclarse con el orden de no derechos que ha implantado el gobierno cubano en la Isla".
